la deforestacion del Amazonas
Contenido: un bosquejo
I. Las razones por la deforestación:
A. La economía
1. Extracción de madera
2. Agricultura y ganadería
3. Energía alternativa
B. La transportación
II. Las consecuencias de la deforestación:
A. El medio ambiente
1. Las especies y su hábitat
2. El ciclo de agua y el ciclo de gas
a. El carbono y el efecto invernadero
3. Los incendios
B. Las tribus
III. La Ilegalidad de la deforestación
IV. La responsabilidad de los gobiernos y conclusiones
V. Fotos y mapas
El bosque más grande del mundo está en peligro. El Amazonas, una región de 700 millones de hectáreas que abarca nueve países de Sur América, es amenazado por las actividades humanas. Este bosque cubre un área del tamaño de los Estados Unidos, pero la deforestación ya ha reducido este área expansivo drásticamente. Según Bastiaan Philip Reydon, autor del artículo, “La deforestación de la selva amazónica: causas y soluciones,” Brasil, con el porcentaje más grande de la selva amazónica dentro sus fronteras, perdió aproximadamente 2,6 millones de hectáreas de bosque cada año por los últimos diez años (Reydon 147). No hay duda que esta deforestación está ocurriendo. Sin embargo, hay una cuestión de los efectos. Aunque contribuye a la economía, si esta explotación de la tierra no cesa, el medio ambiente del Amazonas, el ecosistema global y las tribus indígenas continuarán sufrir. Aunque la deforestación tiene beneficios temporales, no valen los efectos a largo plazo.
Es obvio que hay algunas razones a favor de la deforestación. Ofrece muchas ventajas para los países de Sur América. Para empezar, aviva la economía en las industrias de madera, agricultura, ganadería y energía. La primera, la industria maderera, es la más evidente. Por supuesto, los árboles de la Amazonía sirven como materia prima. En “Mecanismos y actores sociales de la deforestación en la Amazonia brasileña” Ceccon y Miramontes explican que la práctica de extractar madera del Amazonas ha dominado la región por más de 300 años (Ceccon 113). El recurso natural es tan abundante que hoy en día forma la mayor parte de la economía brasileña. En “Deforestación en la Amazonia: principales factores de presión y perspectivas”, geógrafo Martino Diego nos dice que “la industria maderera (en Brasil) emplea directa o indirectamente al tres por ciento de la población económicamente activa de la Amazonia” (Diego 10). Es obvio que la industria maderera juega un papel prominente en la economía de los países del Amazonas.
Como la extracción de madera, la industria agrícola y la ganadería en Sur América dependen en la deforestación del Amazonas también. Diego destaca dos cultivos importantes con respeto a la agricultura: la caña de azúcar y la soja (Diego 14). Hay una demanda creciente por la soja especialmente en China, Norteamérica, y Europea. Por esta razón, la incentiva de talar los bosques para hacer más espacio agrícola aumenta. La soja y la caña de azúcar no son los cultivos únicos que se producen en los países del Amazonas. Desgraciadamente, la economía de Latinoamérica se conoce por el narcotráfico. Este nexo se extiende a la desforestación también. Según Diego, “En Perú hay estudios que estiman que los cultivos de coca son responsables del veinticuatro por ciento de la deforestación en la Amazonia peruana” (Diego 14). Hay una demanda enorme por las drogas como la coca, y lógicamente, donde hay una demanda alta, por supuesto hay un oferte también. Aunque las cosechas son responsables por un gran porcentaje de la destrucción de la selva, la ganadería requiere más espacio y entonces, destruye más del bosque amazónico. De hecho, en la Amazonia brasileña hay “casi seis hectáreas de pastura por cada hectárea de agricultura” (Diego 12). Juntos, la agricultura y la ganadería promueven la deforestación agresiva del Amazonas.
La deforestación ha apoyado el desarrollo de energía alternativa en los países de Sur América. Según Diego, los cultivos ya discutidos, la caña de azúcar y la soja, pueden servir para hacer biocombustibles, productos basados en etanol. En el mundo moderno, la competición de encontrar fuentes alternativas de combustibles es muy intensa y fuerte. Entonces, los países de Sur América pueden atraer inversiones extranjeras si pueden extraer energía de sus recursos. Diego dice que algunas compañías ya han mostrado interés en estos programas. Por ejemplo, “El grupo Sperafico prevee invertir unos cuarenta millones de euros en una usina de biodiesel en el municipio de Diamantino” (Diego 14). Además de los biocombustibles, los países de Sur América, especialmente Brasil, han seguido proyectos de energía hidroeléctrica. Según Ceccon, hasta 1997, noventa y siete por ciento de la “generación total de energía eléctrica se debió a esta fuente” (Diego 115). Frecuentemente la creación de las presas necesarias atrae asentamientos humanos. Entonces, estos asentamientos requieren la deforestación de la área alrededor del rio. Ambos modos de energía alternativa, los biocombustibles y la energía hidroeléctrica, promueven la destrucción de la selva. De esta manera, la energía alternativa en desarrollo en los países como Brasil hace daño al medio ambiente en vez de preservarlo (Ceccon 115).
Otro aspecto de la deforestación es la pavimentación de carreteras que mejoran las condiciones de acceso para que se pueda extraer la madera más eficientemente del bosque. De esta manera, la creación de rutas de transportación aumenta la deforestación. Como ejemplo, Diego discute la BR-163, una carrera en Brasil. Él dice, “En un radio de cincuenta kilómetros de la ruta, la deforestación llega a casi la sesenta por ciento en tramos asfaltados de la BR-163, y apenas al diez por ciento en los tramos no asfaltados de la misma ruta” (Diego 14). De una perspectiva puramente económica, la pavimentación de nuevas rutas es muy ventajosa.
Aunque la deforestación promueve la prosperidad de la economía y la eficiencia en la transportación, los aspectos positivos no sobrepasan los negativos. Para comenzar, la deforestación tiene un gran impacto sobre el medio ambiente. Los bosques de la Amazonía provienen los hábitats de millones de especies de organismos. Según Greenpeace en
“El cambio climático y la deforestación destruyen el Amazonas”, el Amazonas tiene treinta por ciento de la diversidad biológica en el mundo (El cambio 1). De hecho, 90 mil de las 250 mil conocidas especies vegetales angiospermas en el planeta se encuentran en las selvas tropicales de América Latina. A solas, la Amazonía brasileña tiene 50 mil de estas especies (Ceccon 112). La tragedia es que muchas especies raros nunca lleguen a ser descubiertas antes de que se extingan a causa de la destrucción de su hábitat.
Además de amenazar a la diversidad biológica del Amazonas y del mundo, la deforestación altera el ciclo de agua y el ciclo de gas en el ecosistema global. Principalmente, los árboles son un recurso abundante de oxigeno, el que es esencial a la existencia de todos animales. Según Greenpeace, el sistema forestal causa cincuenta por ciento de las precipitaciones en el Amazonas (El cambio 1). Entonces la destrucción del bosque reduce la precipitación y aumenta el riesgo de sequía. También, el humo, que es resultado del proceso de deforestación, puede inhibir la lluvia durante los meses del verano y provocar secas. Diego dice que esto era el caso en 1998 y 2005, cuando había secas largas y devastadoras en el Amazonas (Diego 12). De esta manera la deforestación causada por el fuego en una región puede provocar la destrucción de vegetación en otra región.
El proceso de deforestación puede implicar el uso de maquinas que desprenden emisiones carbonas para extraer la madera. Para hacer disponible la tierra para actividades agropecuarias, se usa el método de “tala y quema” (Ceccon 115). Ceccon nos dice que “los incendios forestales (brasileños) que se registraron…desde finales de 1997, provocaron la emisión de por lo menos 125.000.000 de toneladas de carbono en forma de gases que contribuirían al efecto invernadero” (Ceccon 115). En 1989 Brasil contribuyó cinco y medio por ciento de todas las emisiones carbonas y cuatro por cinco de estas emisiones se debieron a la deforestación a través de los incendios (Ceccon 115). Es evidente que hay una relación intima entre el ciclo de carbono y los incendios forestales. También, la deforestación y los incendios funcionan en un ciclo vicioso en que la deforestación hace “una mayor exposición de luz que incrementa la posibilidad de incendios” (Diego 12).
Es claro que la destrucción del Amazonas resulta en una perdida de vida en el ecosistema en la forma de vegetación y especies raras. Lo importante es incluir la perdida de vidas humanas. La Amazonia es el hogar de muchas tribus indígenas, como los awá. Según una organización, Sobrevivencia Internacional, los awá han sido masacrados brutalmente por los ganaderos y madereros que quieren talar su tierra. Los madereros no obedecen la ley porque saben que no habrá consecuencias: “la legislación brasileña requiere que el territorio awá sea protegido para los indígenas, pero las autoridades han fracasado en este sentido y no han actuado” (Indígenas 1). De hecho, treinta y uno por ciento del territorio de los awá ha sido talada ilegalmente (Indígenas 1). Si la deforestación del territorio de los awá continua, la cultura riqueza de esta gente inocente podría ser perdida por siempre.
Sin tener en cuenta los efectos negativos de la deforestación, el hecho es que la mayoría de esta tala es ilegal. Casi ochenta por ciento de “la madera extraída en Perú y al menos el cuarenta por ciento de la extraída en la Amazonia brasileña es ilegal” (Diego 10). El máximo porcentaje legal es veinte por ciento en la Amazonia. Entonces, las “tierra publicas, reservas indígenas, áreas protegidas…y propiedades…son deforestadas por encima el máximo legal” (Diego 11). Parece que el problema no es la falta de preservación del Amazonas sino la falta de la aplicación de la ley.
Es imposible negar las consecuencias negativas de la deforestación. Aunque beneficia a la economía de los países de Sur América, no justifica la destrucción enorme que resulta. No hay ninguna cantidad de dinero que pueda arreglar el daño que la deforestación ha hecho y hará. Si los gobiernos de los países que se encuentren en la Amazonía no hacen medidas para cesar esta practica, el bosque más grande del mundo disminuirá hasta que desaparezca completamente.
Obras Citadas
Figura 2: http://agrinewspk.blogspot.com/2011/12/brazil-updated-about-amazon.html
Figura 3: http://amazonecology.wordpress.com/tag/amazon/
I. Las razones por la deforestación:
A. La economía
1. Extracción de madera
2. Agricultura y ganadería
3. Energía alternativa
B. La transportación
II. Las consecuencias de la deforestación:
A. El medio ambiente
1. Las especies y su hábitat
2. El ciclo de agua y el ciclo de gas
a. El carbono y el efecto invernadero
3. Los incendios
B. Las tribus
III. La Ilegalidad de la deforestación
IV. La responsabilidad de los gobiernos y conclusiones
V. Fotos y mapas
El bosque más grande del mundo está en peligro. El Amazonas, una región de 700 millones de hectáreas que abarca nueve países de Sur América, es amenazado por las actividades humanas. Este bosque cubre un área del tamaño de los Estados Unidos, pero la deforestación ya ha reducido este área expansivo drásticamente. Según Bastiaan Philip Reydon, autor del artículo, “La deforestación de la selva amazónica: causas y soluciones,” Brasil, con el porcentaje más grande de la selva amazónica dentro sus fronteras, perdió aproximadamente 2,6 millones de hectáreas de bosque cada año por los últimos diez años (Reydon 147). No hay duda que esta deforestación está ocurriendo. Sin embargo, hay una cuestión de los efectos. Aunque contribuye a la economía, si esta explotación de la tierra no cesa, el medio ambiente del Amazonas, el ecosistema global y las tribus indígenas continuarán sufrir. Aunque la deforestación tiene beneficios temporales, no valen los efectos a largo plazo.
Es obvio que hay algunas razones a favor de la deforestación. Ofrece muchas ventajas para los países de Sur América. Para empezar, aviva la economía en las industrias de madera, agricultura, ganadería y energía. La primera, la industria maderera, es la más evidente. Por supuesto, los árboles de la Amazonía sirven como materia prima. En “Mecanismos y actores sociales de la deforestación en la Amazonia brasileña” Ceccon y Miramontes explican que la práctica de extractar madera del Amazonas ha dominado la región por más de 300 años (Ceccon 113). El recurso natural es tan abundante que hoy en día forma la mayor parte de la economía brasileña. En “Deforestación en la Amazonia: principales factores de presión y perspectivas”, geógrafo Martino Diego nos dice que “la industria maderera (en Brasil) emplea directa o indirectamente al tres por ciento de la población económicamente activa de la Amazonia” (Diego 10). Es obvio que la industria maderera juega un papel prominente en la economía de los países del Amazonas.
Como la extracción de madera, la industria agrícola y la ganadería en Sur América dependen en la deforestación del Amazonas también. Diego destaca dos cultivos importantes con respeto a la agricultura: la caña de azúcar y la soja (Diego 14). Hay una demanda creciente por la soja especialmente en China, Norteamérica, y Europea. Por esta razón, la incentiva de talar los bosques para hacer más espacio agrícola aumenta. La soja y la caña de azúcar no son los cultivos únicos que se producen en los países del Amazonas. Desgraciadamente, la economía de Latinoamérica se conoce por el narcotráfico. Este nexo se extiende a la desforestación también. Según Diego, “En Perú hay estudios que estiman que los cultivos de coca son responsables del veinticuatro por ciento de la deforestación en la Amazonia peruana” (Diego 14). Hay una demanda enorme por las drogas como la coca, y lógicamente, donde hay una demanda alta, por supuesto hay un oferte también. Aunque las cosechas son responsables por un gran porcentaje de la destrucción de la selva, la ganadería requiere más espacio y entonces, destruye más del bosque amazónico. De hecho, en la Amazonia brasileña hay “casi seis hectáreas de pastura por cada hectárea de agricultura” (Diego 12). Juntos, la agricultura y la ganadería promueven la deforestación agresiva del Amazonas.
La deforestación ha apoyado el desarrollo de energía alternativa en los países de Sur América. Según Diego, los cultivos ya discutidos, la caña de azúcar y la soja, pueden servir para hacer biocombustibles, productos basados en etanol. En el mundo moderno, la competición de encontrar fuentes alternativas de combustibles es muy intensa y fuerte. Entonces, los países de Sur América pueden atraer inversiones extranjeras si pueden extraer energía de sus recursos. Diego dice que algunas compañías ya han mostrado interés en estos programas. Por ejemplo, “El grupo Sperafico prevee invertir unos cuarenta millones de euros en una usina de biodiesel en el municipio de Diamantino” (Diego 14). Además de los biocombustibles, los países de Sur América, especialmente Brasil, han seguido proyectos de energía hidroeléctrica. Según Ceccon, hasta 1997, noventa y siete por ciento de la “generación total de energía eléctrica se debió a esta fuente” (Diego 115). Frecuentemente la creación de las presas necesarias atrae asentamientos humanos. Entonces, estos asentamientos requieren la deforestación de la área alrededor del rio. Ambos modos de energía alternativa, los biocombustibles y la energía hidroeléctrica, promueven la destrucción de la selva. De esta manera, la energía alternativa en desarrollo en los países como Brasil hace daño al medio ambiente en vez de preservarlo (Ceccon 115).
Otro aspecto de la deforestación es la pavimentación de carreteras que mejoran las condiciones de acceso para que se pueda extraer la madera más eficientemente del bosque. De esta manera, la creación de rutas de transportación aumenta la deforestación. Como ejemplo, Diego discute la BR-163, una carrera en Brasil. Él dice, “En un radio de cincuenta kilómetros de la ruta, la deforestación llega a casi la sesenta por ciento en tramos asfaltados de la BR-163, y apenas al diez por ciento en los tramos no asfaltados de la misma ruta” (Diego 14). De una perspectiva puramente económica, la pavimentación de nuevas rutas es muy ventajosa.
Aunque la deforestación promueve la prosperidad de la economía y la eficiencia en la transportación, los aspectos positivos no sobrepasan los negativos. Para comenzar, la deforestación tiene un gran impacto sobre el medio ambiente. Los bosques de la Amazonía provienen los hábitats de millones de especies de organismos. Según Greenpeace en
“El cambio climático y la deforestación destruyen el Amazonas”, el Amazonas tiene treinta por ciento de la diversidad biológica en el mundo (El cambio 1). De hecho, 90 mil de las 250 mil conocidas especies vegetales angiospermas en el planeta se encuentran en las selvas tropicales de América Latina. A solas, la Amazonía brasileña tiene 50 mil de estas especies (Ceccon 112). La tragedia es que muchas especies raros nunca lleguen a ser descubiertas antes de que se extingan a causa de la destrucción de su hábitat.
Además de amenazar a la diversidad biológica del Amazonas y del mundo, la deforestación altera el ciclo de agua y el ciclo de gas en el ecosistema global. Principalmente, los árboles son un recurso abundante de oxigeno, el que es esencial a la existencia de todos animales. Según Greenpeace, el sistema forestal causa cincuenta por ciento de las precipitaciones en el Amazonas (El cambio 1). Entonces la destrucción del bosque reduce la precipitación y aumenta el riesgo de sequía. También, el humo, que es resultado del proceso de deforestación, puede inhibir la lluvia durante los meses del verano y provocar secas. Diego dice que esto era el caso en 1998 y 2005, cuando había secas largas y devastadoras en el Amazonas (Diego 12). De esta manera la deforestación causada por el fuego en una región puede provocar la destrucción de vegetación en otra región.
El proceso de deforestación puede implicar el uso de maquinas que desprenden emisiones carbonas para extraer la madera. Para hacer disponible la tierra para actividades agropecuarias, se usa el método de “tala y quema” (Ceccon 115). Ceccon nos dice que “los incendios forestales (brasileños) que se registraron…desde finales de 1997, provocaron la emisión de por lo menos 125.000.000 de toneladas de carbono en forma de gases que contribuirían al efecto invernadero” (Ceccon 115). En 1989 Brasil contribuyó cinco y medio por ciento de todas las emisiones carbonas y cuatro por cinco de estas emisiones se debieron a la deforestación a través de los incendios (Ceccon 115). Es evidente que hay una relación intima entre el ciclo de carbono y los incendios forestales. También, la deforestación y los incendios funcionan en un ciclo vicioso en que la deforestación hace “una mayor exposición de luz que incrementa la posibilidad de incendios” (Diego 12).
Es claro que la destrucción del Amazonas resulta en una perdida de vida en el ecosistema en la forma de vegetación y especies raras. Lo importante es incluir la perdida de vidas humanas. La Amazonia es el hogar de muchas tribus indígenas, como los awá. Según una organización, Sobrevivencia Internacional, los awá han sido masacrados brutalmente por los ganaderos y madereros que quieren talar su tierra. Los madereros no obedecen la ley porque saben que no habrá consecuencias: “la legislación brasileña requiere que el territorio awá sea protegido para los indígenas, pero las autoridades han fracasado en este sentido y no han actuado” (Indígenas 1). De hecho, treinta y uno por ciento del territorio de los awá ha sido talada ilegalmente (Indígenas 1). Si la deforestación del territorio de los awá continua, la cultura riqueza de esta gente inocente podría ser perdida por siempre.
Sin tener en cuenta los efectos negativos de la deforestación, el hecho es que la mayoría de esta tala es ilegal. Casi ochenta por ciento de “la madera extraída en Perú y al menos el cuarenta por ciento de la extraída en la Amazonia brasileña es ilegal” (Diego 10). El máximo porcentaje legal es veinte por ciento en la Amazonia. Entonces, las “tierra publicas, reservas indígenas, áreas protegidas…y propiedades…son deforestadas por encima el máximo legal” (Diego 11). Parece que el problema no es la falta de preservación del Amazonas sino la falta de la aplicación de la ley.
Es imposible negar las consecuencias negativas de la deforestación. Aunque beneficia a la economía de los países de Sur América, no justifica la destrucción enorme que resulta. No hay ninguna cantidad de dinero que pueda arreglar el daño que la deforestación ha hecho y hará. Si los gobiernos de los países que se encuentren en la Amazonía no hacen medidas para cesar esta practica, el bosque más grande del mundo disminuirá hasta que desaparezca completamente.
Obras Citadas
- Ceccon, Eliane y Octavio Miramontes. “Mecanismos y actores sociales de la deforestación en la Amazonia brasileña.” Interciencia: Revista de Tecnología y Ciencia de América. No. 2. Vol. 24. Abril-mayo 1999: 122-19. http://scifunam.fisica.unam.mx/mir/el/artigo % 20amazonia%20bom.PDF
- “El cambio climático y la deforestación destruyen el Amazonas.” Greenpeace. 15 Diciembre 2012. 18 abril 2012. http://www.greenpeace.org/espana/es/news/el-cambio-climatico-y-la-defor/
- “Indígenas aislados de la Amazonia se enfrentan a la aniquilación.” Survival International. 14 Febrero 2011. 18 abril 2012. http://www.survival.es/noticias/6983.
- Martino, Diego. “Deforestación en la Amazonia: principales factores de presión y perspectivas.” Revista del Sur. No 169. Enero-febrero 2007: 3-22 http://www.ambientall.net/opinion/MartinoAmazoniaDeforestacion.pdf
- Reydon, Bastiaan Philip. “La desforestación de la selva amazónica: causas y soluciones.” Política Ambiental. No. 8. Junio 2011: 146-58. http://www.conservacao.org/publicacoes/ files/politica_ambiental_08_espanhol.pdf#page=146
Figura 2: http://agrinewspk.blogspot.com/2011/12/brazil-updated-about-amazon.html
Figura 3: http://amazonecology.wordpress.com/tag/amazon/
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